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humedavid

el amable escoces

Me llamó la atención la descripción que hace David Hume de su estado de ánimo al terminar el "Tratado...". Después del esfuerzo por comprender la mente humana, con la ilusión de desvelar sus misterios y alcanzar su infinito, reconoce que su tarea no le ha conducido a un territorio luminoso lleno de verdades y certezas sino que le ha dejado como una barca vieja y agrietada, que navega sin rumbo por el mar del escepticismo.

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